Mientras el personal de la Cafetería Bellory preparaba diligentemente el café para los medios de comunicación que esperaban, Amy les permitió amablemente tomar asiento dentro de la cafetería, ofreciendo un espacio cómodo para esperar. Aceptó participar en una conversación casual, siempre y cuando se abstuvieran de discutir el caso en curso.
Amy enfatizó la importancia de mantener la discreción, considerando que el asunto ya estaba siendo manejado en la corte. Era una medida tomada para asegurar el bienestar y los mejores intereses de todos los involucrados.
Para deleite de Amy, algunos de los reporteros incluso solicitaron tomarse fotos con ella, una solicitud que aceptó con gusto. Sin embargo, exigió que las fotos se usaran únicamente con el propósito de promocionar la cafetería, ya sea en sus plataformas de redes sociales o en artículos de noticias.