Nuevo CEO de Belloría

Después de su visita a la Mansión de Brighton, la pareja galesa continuó según lo planeado hacia la granja de Amy, su siguiente destino. Henry, conduciendo el coche, permaneció en silencio, expresando ocasionalmente su frustración con maldiciones. Percibiendo la ira y la irritación de Henry, Amy se abstuvo de hacer preguntas y en cambio ofreció apoyo emocional frotando suavemente su espalda o dando palmaditas en su pierna o rodilla de vez en cuando.

Henry valoró mucho su gesto, a menudo aprovechando la oportunidad para sostener la mano de Amy cuando descansaba sobre su pierna y obsequiándola con un beso tierno. Después de estacionar el coche en el camino de entrada, soltó un profundo suspiro y luego se giró hacia Amy.