Descarada... era la única palabra con la que Amy podía describirse a sí misma en este momento. No siempre hacía demandas a Henry en la cama... Bueno, no literalmente, pero en esa perspectiva.
Sin embargo, por descarado que parezca, está tan cerca de alcanzar el paraíso que si Henry deja de moverse solo para provocarla, entonces ella misma tomará la iniciativa. Pero afortunadamente, Henry cedió a sus demandas y comenzó a moverse de nuevo de la manera que ella quiere.
Su posición le permite alcanzar profundidades increíbles dentro de ella, haciéndola perder la cordura a medida que se mueve sincronizada con él. Sus movimientos y dureza calman su núcleo adolorido e hinchado. Lo quiere adentro de ella, rápido y constante.
—¡Ah! Amor, me estás volviendo loca. Se siente tan bien dentro de ti, joder —dijo Henry mientras la penetraba fuerte, empujando todo su ser en ella.