Su Jiyai asintió, su expresión seria.
Sabía que Jake tenía razón.
No tenían mucho tiempo.
Ella alcanzó otra píldora de médula ósea, pero esta vez, vaciló. Darle demasiadas pastillas a Rui Wang demasiado rápido podría tener consecuencias no deseadas.
Sin embargo, Su Jiyai no tuvo tiempo de pensar por mucho tiempo.
Rui Wang de repente gimió, agarrándose el estómago, su cuerpo tensándose mientras el dolor se intensificaba. Los ojos de Su Jiyai se abrieron de par en par, dándose cuenta de lo que estaba sucediendo.
—Ella está entrando en trabajo de parto —dijo Jake, su voz urgente—. ¡Está sucediendo ahora!
La respiración de Rui Wang se aceleró y todo su cuerpo temblaba a medida que las contracciones la golpeaban fuerte.
—Rui Wang, necesitas mantenerte calmada —dijo Su Jiyai, su voz firme pero dulce—. El bebé está llegando. Puedes hacer esto.
Rui Wang asintió debilmente, su rostro empapado de sudor. —Duele... duele tanto... —jadeó, sus ojos parpadeando de dolor.