Capítulo 447: Semillas Híbridas

Una camioneta flotante vino a toda velocidad alrededor de la curva.

Leticia jadeó, con los ojos muy abiertos, congelada como un ciervo.

Los frenos chirriaron.

La camioneta se desvió, pero estaba demasiado cerca.

¡BANG!

Todo se volvió oscuro.

Leticia abrió los ojos lentamente.

Estaba acostada en una cama de hospital blanca. Había tubos en sus brazos y sonidos de pitidos a su alrededor.

Le palpitaba la cabeza.

Parpadeó y se incorporó lentamente.

Una enfermera se apresuró a entrar.

—¡Oye! No te muevas demasiado rápido. Te golpeaste la cabeza bastante fuerte.

Leticia miró a la enfermera. Sus labios se separaron.

—¿Dónde… estoy? —preguntó.

—Estás en el Hospital Central del Tártaro —dijo amablemente la enfermera—. Tuviste un accidente, pero ahora estás estable. Estarás bien.

Leticia frunció el ceño.

—¿Hospital? ¿Accidente?

Trató de recordar algo.

Cualquier cosa.

Su nombre… Leticia. Sí, ese era su nombre.

Recordó haber huido de su casa y luego haber ido a las montañas.