Capítulo 469: Quédate con él

Por un segundo, Qin Feng no pudo respirar.

Se arrodilló junto al niño, con la toalla olvidada en sus manos. Su corazón dolía tanto que parecía que podría romperse.

Lentamente, con suavidad, colocó la toalla sobre los hombros del niño y susurró:

—Nadie te va a golpear nunca más. No mientras yo esté aquí.

El niño permaneció congelado por un largo momento.

Luego, lentamente, abrió los ojos. Sus pequeños dedos sujetaron la toalla con fuerza, y miró a Qin Feng como si estuviera viendo algo increíble.

Qin Feng secó suavemente el pequeño cuerpo del niño, teniendo cuidado de no lastimarlo.

Cada vez que su mano rozaba una cicatriz, el corazón de Qin Feng se apretaba aún más.

Después de secarlo, se arrodilló frente al niño y cuidadosamente le cepilló los dientes.

El niño se sentó allí en silencio, permitiendo a Qin Feng trabajar, aunque seguía mirando alrededor con ojos cautelosos e inseguros.