—¡Boom! ¡Boom! ¡Boom!
Los aterradores sonidos de explosión resonaron continuamente sobre Su Han, como si innumerables expertos del Reino Dios Dragón se estuvieran autodestruyendo uno tras otro en ese momento. El bombardeo de truenos y relámpagos rojos destruyó las capas restantes del Caldero del Espíritu de Madera, menos de cien, y luego venía la Campana del Dios del Agua.
La Campana del Dios del Agua también tenía mil capas. Desde dentro del trueno y el relámpago rojo, apareció otra mano. Esta vez, la mano no era borrosa sino más bien transparente, revelando el contorno de una mano pero sin llegar ni siquiera a ser una ilusión. Aun así, Su Han respiró hondo.
Desde esa mano, podía sentir una fuerza más aterradora que el trueno y el relámpago rojos: un Poder de Destrucción, llenando el aire. La mano apareció sin ninguna vacilación, aparentemente decidida a borrar a Su Han y se estrelló con un impacto.
—¡Boom!
—Bang Bang Bang…