—SHEN JI YUN se sentó rápidamente al lado de Luo Yan —comentó el narrador—. El otro no necesitaba decir nada para que Luo Yan entendiera lo que quería transmitir. Todo estaba en sus ojos. Toda la preocupación, la ira subyacente y la frustración también. Luo Yan no pudo evitar sonreír. Sus ojos llenos de una luz suave, la dulzura en ellos podría casi derretir a cualquiera.
—Y así es exactamente como se sintió Shen Ji Yun cuando Luo Yan le sonrió —continuó la narración—. Como si se convirtiera en un algodón de azúcar lentamente derritiéndose. Así de dulce se sentía. El impulso de simplemente estirar su mano y abrazar a Luo Yan era tan fuerte que tuvo que apretar ambos puños con fuerza solo para detenerse. Ese era el fuerte efecto que esa sonrisa tenía para él.
—Había algo diferente en ella. Ciertamente muy diferente de su usual sonrisa radiante. Shen Ji Yun simplemente no podía precisar qué era.