—Amo —la voz familiar y lechosa gritó en su mente.
Luo Yan acarició la cabeza de Eclipse. Miró alrededor del salón y solo entonces notó que los demás aún no habían llegado.
—Amo, ¿por qué no visitaste a Eclipse ayer? Eclipse estaba tan aburrido que tuvo que jugar con tío lagarto negro como último recurso.
—Bueno, el Maestro solo estaba un poco cansado ayer. ¿Te llevas bien con Crepúsculo? —Ah, Luo Yan casi había olvidado que Crepúsculo todavía estaba en su sede.
El pequeño zorro hizo un gesto de encogimiento de hombros.
—Hmm… Eclipse realmente no sabe. ¿Hablar con él sin parar cuenta como llevarse bien?
Luo Yan se rió. Si Crepúsculo fuera humano, ya podría imaginarse su expresión de molestia debido a la constante de Eclipse. —Es bueno que Eclipse ahora sea amigo de Crepúsculo.
Eclipse hizo pucheros, sus mejillas se hincharon como las de una ardilla.