Has sido la luz en mi vida

—Y así fue como comenzó su historia —dijo—, él lo había entrenado como prometió y le enseñó todo lo que sabía.

—Elias era un buen estudiante... Un excelente estudiante... Era la persona más inteligente que conocía y tenía un gran deseo de aprender —comentó.

—Dos años después se habían vuelto inseparables, y sus sentimientos el uno por el otro habían trascendido hace tiempo los de un simple maestro a su estudiante, se había creado una especie de dependencia entre ellos y cada vez que enviaban a Elias a una misión sin él, no podía evitar preocuparse y preguntarse si lo volvería a ver.

—Habían vivido en una época en la que la gente no vivía mucho tiempo y cada segundo contaba como el último, se les permitía casarse tan pronto como alcanzaban los 15 años y como él ya tenía 20, todos lo presionaban para que se casara y tuviera un hijo.