Su miedo se hizo realidad

El palacio estaba en completo caos, y por primera vez, Andre agradecía a los dioses no estar en los zapatos de Valerie. Como príncipe heredero, era su responsabilidad limpiar el desastre que su hermano menor, Aldric, había creado.

—¿Qué estaba pensando Aldric? —Andre sabía que Aldric era un poco retorcido, pero esta era la primera vez que desafiaba abiertamente a la reina Fae Maeve, y no podía entender por qué. Aldric siempre había sido impredecible, y nadie podía adivinar lo que pasaba por su mente.

La enfermería estaba llena de hadas heridas, y Andre hacía lo mejor que podía para ayudar, habiendo adquirido algunas habilidades curativas mientras estaba en el reino humano. Notó que Theodore y su madre, la reina Nirvana, también asistían. Los Fae de Primavera eran bendecidos con el poder de curar, junto con las díradas y los elfos, que eran maestros sanadores.