Islinda está muerta

La puerta se abrió de golpe, sobresaltando a Islinda de su sueño. Giró la cabeza en esa dirección, sus ojos se agrandaron al ver quién era.

—Eli... —Islinda croó, sintiendo una mezcla de shock y alivio apoderarse de ella. Estaba tan contenta de verlo entero. Sin embargo, no pudo contener sus preguntas y comenzó a bombardearlo con ellas mientras se sentaba.

—¿Qué está pasando, Eli? ¿Cómo escapaste? André dijo que estabas preso... —Inclinó la cabeza, examinándolo. —¿Con cuál de los dos estoy hablando ahora, Eli o Aldric?

—Disculpa, princesa, pero habrá tiempo para preguntas después. Ahora, es momento de correr —dijo él, apremiante, urgiéndola a levantarse de la cama y ayudándola a ponerse de pie.

—¿Correr? —El corazón de Islinda dio un vuelco, aunque se sentía aliviada al ver el lado más amable de Aldric. Confíaba en que la mantendría a salvo.