Anya Descubrió Acerca de Maxi

Al principio, nadie oyó el gruñido bajo que brotaba de la garganta de Maxi como una criatura salvaje hasta que mostró sus dientes a Anya, haciendo que esta saltara de sorpresa.

—¡Nunca más lo toques! —gruñó Maxi, incapaz de contener la furia posesiva que surgía en su interior. Isaac le pertenecía y nadie tenía permitido tocar lo que era suyo.

El peligroso y rabioso brillo en los ojos de Maxi y su comportamiento agresivo tomaron a Anya desprevenida. No se atrevió a responder con la brusquedad esperada. En cambio, tragó nerviosamente y dio un paso atrás respecto a Isaac.

—Bien —a Maxi le complació la reacción de Anya, su voz todavía era un gruñido bajo—. Ahora puedes hablar.