La peor manera de despertar de una pesadilla sería encontrarte completamente empapado, de pies a cabeza, como si hubieras estado sumergido en agua. Y para empeorar las cosas, todo el baño estaba lleno de vapor, haciendo imposible ver algo.
Una vez que la visibilidad finalmente regresó, Islinda soltó un grito de terror al posar sus ojos en Theodore y André, y un terrible pensamiento cruzó su mente. ¿Habían conspirado ambos hermanos contra ella y la habían atacado? ¿Era esa la razón por la que se sentía como si hubiera sido atropellada por un carruaje?
En medio de sus gritos, Islinda aprovechó la oportunidad para lanzar cualquier cosa que pudiera alcanzar hacia ellos, aunque no había mucho al alcance.
—¡Islinda, detente! —gritó André, esquivando por poco el cubo que ella les había lanzado.
—¿Qué me hiciste?!
—¡Nada! ¡Lo juro! —suplicó André.