En la bulliciosa plaza del mercado, Soma, una de las empleadas del príncipe Aldric, navegaba entre las multitudes de Fae, sus brazos cargados con bolsas llenas de diversos suministros y provisiones. Mientras avanzaba por las congestionadas calles, el peso de su carga tirando de sus brazos, ocurrió un desastre.
Con un desgarrón repentino, una de las frágiles bolsas de plástico que llevaba se rompió, enviando su contenido al suelo en cascada caótica. Soma soltó un gruñido de frustración, frunciendo el ceño mientras observaba el desorden a sus pies. ¿Cómo iba a recoger todo y salvar la bolsa dañada?
Justo cuando Soma empezaba a inclinarse para recoger los objetos esparcidos, una voz se abrió paso entre el ruido del mercado. —¿Necesitas ayuda?