—Su S-santidad —Gabi tartamudeó mientras se postraba ante el príncipe heredero de Astaria—. No, parecía que aún estaba soñando. Cuando el guardia se acercó a ella y le exigió que conociera al príncipe Fae, pensó que estaba bromeando. Pero allí estaba, el príncipe Valerie en carne y hueso.
Sin embargo, tumbada en su regazo estaba Isla, y Gabi rápidamente apartó la vista como si hubiera visto algo que no debería haber visto. La vista del príncipe y de Islinda juntos fue inesperada, y Gabi no pudo evitar sentir un torrente de nervios y curiosidad.