Gobierna Conmigo

—Sin previo aviso —la mano de Benjamín se movió con una crueldad rápida y precisa, cortando el delicado cuello de la fae. Un agudo suspiro escapó de sus labios mientras el dolor la atravesaba, y se estremeció, su cuerpo tensionándose en respuesta al repentino asalto.

Mientras el rastro de sangre goteaba por el cuello de la fae, una potente fragancia llenaba el aire, llevando el tinte metálico de su fuerza vital. Los sentidos de Azula se intensificaron al instante, sus instintos demoníacos revolviéndose en su interior.

Con una transformación repentina, el semblante de Azula cambió, sus rasgos se contorsionaron en una visión que reflejaba su verdadera naturaleza demoníaca. Sus caninos se alargaron en colmillos afilados como navajas, sus manos y pies, una vez humanos, ahora estaban adornados con garras, y su cola barbada se erigía erguida detrás de ella.