Cambio en la Corte Invernal

El Señor Karle estaba consumido por la ansiedad, su frente brillaba con un sudor frío mientras esperaba al Príncipe Aldric. A pesar de enviar mensajes de vuelta al palacio y despachar exploradores, todavía no había señales de él.

—¿No afirmaste haber visto al Príncipe Aldric? —espetó a su asistente, quien se sobresaltó por su tono. Sus nervios estaban deshilachados y se desquitaba con quienes lo rodeaban.

Su asistente respondió con cautela:

—Ese fue el informe de la guardia Fae estacionada en la frontera.

El Señor Karle apretó con fuerza el puente de su nariz, luchando por contener su ira creciente. Los latidos de su corazón resonaban en su pecho, alimentados por sus peores temores. Aldric no aparecía por ningún lado, intensificando su temor. Sin embargo, la idea de que su asistente podría haber estado equivocado desde el principio era aún más aterradora. ¿Todo esto sería en vano?