La Venganza de Lola

—¿Qué estás haciendo ahora mismo? —finalmente preguntó Aldric al batallón de soldados. No estaba divertido con el hecho de que su breve momento con la adorable pero traidora humana fuera interrumpido. Había algo cautivador en Islinda que él no lograba comprender.

Antes de que Kalamazoo pudiera responder, Elena intervino mirando fijamente a Islinda con ojos como dagas. —Fui yo quien los llamó —declaró con confianza, como si su opinión debiera ser considerada con alta estima o algo así.

—Quizás no lo sepas, pero ella… —Elena la señaló— atacó tanto a los guardias en la entrada como a mí también. Cómo una humana pudo atacar a un Fae sin esfuerzo es algo que me supera, te dije que no se le debía confiar —implicó que Islinda era más de lo que aparentaba ser.