El Demonio Olvidado

—¿Por qué esa cara larga? —La risa de Azula chorreaba con diversión sarcástica—. ¿No es eso lo que eres? ¿Un perro? Un animal obediente que sigue a su amo y espera ansiosamente las sobras de su mesa —Su risa se hacía más fuerte, alimentada por su amargura.

La expresión del Fae oscuro se retorció con ira, su furia desbordándose mientras se dirigía hacia Azula, acortando la distancia entre ellos con zancadas ágiles. Con un movimiento rápido, la golpeó fuertemente en la cara, el impacto resonando a través de la celda de prisión.

Azula saboreó la sangre en su boca al instante, pero solo alimentó su desafío mientras elevaba su mirada hacia el Fae oscuro. Con una risa maniática, echó la cabeza hacia atrás, su frágil cuerpo temblando con la intensidad de su risa, como si estuviera al borde de la locura. Cuando la risa finalmente disminuyó, Azula se volvió hacia el Fae oscuro, sus ojos brillando con un fulgor salvaje.