Tenga en cuenta que a partir de aquí, este flashback toma un giro sangriento, oscuro y retorcido. Lea bajo su propio riesgo. No adecuado para menores de dieciocho años.
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Islinda sabía que Azula no era una santa, después de todo era un demonio, y fue testigo del escalofriante alcance de su crueldad. Azula no perdonaba a nadie. Ni a mujeres ni a niños. En su defensa, esos niños se convertirían en monstruos igual que sus padres antes que ellos y no habría más nacimientos con las mujeres ausentes. La única diferencia era que su muerte era rápida e indolora. Eso era todo lo que abarcaba su compasión.
Azula era tan astuta como enloquecida. No tomaba prisioneros y su muerte era rápida y calculada. Sin mencionar que este momento de la noche cuando todos deberían estar dormidos favorecía su plan. La mayoría de los Fae que había matado, especialmente las mujeres y los niños, morían mientras dormían.