Entrada dramática

—Luces deslumbrante, mi señora —comentó Ginger, retrocediendo para admirarla a ella y el trabajo de Ailee.

Aunque era tan solo una reunión, Islinda se había vestido con sus mejores galas, incluyendo un corsé que quitaba el aliento. Esta noche era la noche en la que planeaban poner fin a la manipulación de Elena, y tenía la intención de lucir lo mejor posible para la ocasión.

En realidad, la reunión se había establecido por culpa de Elena, y el objetivo era exponerla delante de todos. Todos serían testigos de sus crímenes, asegurándose de que cuando la familia Raysin buscara venganza o llevara a Aldric a juicio por la muerte de su hija, la evidencia sería indiscutible.

—Estoy nerviosa —confesó Islinda—. ¿Y si nuestros planes no funcionan? ¿Y si Elena es más astuta de lo que pensábamos y no hay suficientes pruebas para derribarla?

—Deberías respirar hondo, mi señora —dijo Ailee, colocando una mano reconfortante en su hombro—. Inhalar y exhalar... Sí, justo así... muy bien.