Chivo expiatorio

—¡Es una mentira! ¡Ella les está mintiendo ahora mismo! —gritó Islinda, la desesperación la empujaba a defenderse—. ¡Jamás le haría daño a Aldric! ¡Todo es obra de Elena, y ella está tratando de inculparme! ¡No la escuchen!

Islinda todavía gritaba con todas sus fuerzas cuando el Fae alto se acercó a ella. Antes de que pudiera pronunciar la siguiente palabra, una bofetada resonó en el aire, su cabeza giró por el impacto.

—¡Calla de inmediato, humano! —le ordenó el señor alto.

La fuerza de la bofetada retumbó en la sala, dejando atónitos a todos los presentes. Islinda vio estrellas y sus oídos sonaban como una campana. Habían golpeado a Islinda varias veces desde que llegó al reino Fae, pero ninguna como esta.