Furioso

Lilian estaba furiosa vertiendo el jugo del pequeño minibar en la cocina.

No había estado tan furiosa en un tiempo, Constanza tenía razón, Rosa era una persona muy molesta.

Tenía ganas de verter el jugo sobre su presuntuosa cara.

—Cálmate Lily, tú has hecho cosas peores a otros, ¿no es cierto? —susurró para sí misma.

Puso el vaso de jugo en una pequeña bandeja y regresó a la oficina para dárselo a Rosa. Golpeó la puerta levemente y se abrió de par en par.

Caminó hacia la mesa y puso el jugo frente a Rosa.

—Disfruta —le dijo.

—Gracias —Rosa dijo con una amplia sonrisa.

Ella levantó el vaso y tomó un sorbo del jugo.

—No está exactamente a la temperatura correcta, pero lo manejaré. Estoy segura de que la próxima vez acertarás —le dijo Lilian.

—Gracias por entender —Lilian respondió.

—Puedes retirarte —Alessandro le dijo.

—Gracias, señor —Lilian dijo y se dio la vuelta para irse.

Alessandro la miró a Rosa, quien aún bebía su jugo tranquilamente.