Eres patético

La mañana siguiente, Lilian fue una de las primeras personas en retomar el trabajo. No quería llegar tarde en su primer día de vuelta.

Llegó a la oficina de Alessandro y para su sorpresa, él ya estaba allí.

—Buenos días, Lilian —dijo cuando ella entró a su oficina con el café.

—Buenos días, Alessandro —le respondió y le entregó el café.

Ella observó cómo él tomaba un sorbo tentativo antes de beberlo completamente.

—El café está perfecto —le dijo él.

—Muchas gracias, señor —respondió ella.

—De nada.

—Entonces, ¿cuál es su horario para hoy, señor? —preguntó ella.

—Bueno, primero que nada, tengo que registrar tu huella dactilar para que puedas abrir la puerta tú misma —dijo él mientras le entregaba un escáner de huellas dactilares para que pusiera sus dedos.

Lilian siguió sus instrucciones y colocó sus dedos, uno tras otro en el escáner.

—Bien, ya estás registrada. Ahora esta es tu tableta de trabajo —le entregó una tableta.