—Bueno señor, es como usted dijo, no quería discutir con usted, por eso acepté la culpa —Lilian no tuvo más opción que aceptar lo que él dijo.
—Lamento mucho haberte culpado injustamente y haberte despedido. Debería haber confiado más en ti. Por favor, perdóname.
Lilian estaba confundida sobre qué hacer. Alessandro realmente sonaba sincero con su disculpa y si ella fuera sincera consigo misma, también le encantaba trabajar con él.
—Por favor, Srta. Howard, realmente necesito a alguien como tú a mi lado —Alessandro le suplicó.
—Si vuelvo a trabajar contigo, va a haber algunos cambios nuevos —Lilian le dijo.
—¿Qué cambios? —preguntó él.
—Primero que nada, todo esto de Srta. Howard es muy cansado, mi nombre es Lilian. Y no quiero que Giovanni venga a recogerme temprano en la mañana o a dejarme, soy una mujer adulta, puedo ir y volver del trabajo por mi cuenta.
—¿Eso es todo? —preguntó Alessandro.
—Sí señor.