MANADA CREEKWOOD
Jax estaba frente a la puerta del cuarto de Ricciardo, debatiéndose internamente si debería tocar la puerta o no.
Anoche Ricciardo parecía un poco raro y luego no había bajado a desayunar esta mañana.
Jax lo extrañaba mucho, en poco tiempo, se había acostumbrado mucho a tener a Ricciardo cerca. Odiaba pensar cómo se las arreglaría cuando él finalmente se fuera. De hecho, odiaba pensar que Ricciardo alguna vez se fuera.
Miró la puerta frente a él y la abrió. Entró en la habitación.
Ricciardo estaba acostado en la cama, por lo visto, aún dormía.
Jax se acostó en la cama y puso su brazo alrededor de Ricciardo que dormía de lado.
Ricciardo se giró para mirarlo con ojos somnolientos.
—Hola —Jax susurró.
—¿Es de mañana? —Ricciardo murmuró.
—Sí, ¿noche difícil?
—Mmm, no pude dormir —Ricciardo susurró.
—¿por qué no viniste a buscarme al estudio? —le preguntó.
—No quería molestarte
—Tú nunca me molestas —Jax le dijo.