Ningún futuro juntos

Giovanni miró el rostro de Lilian que estaba fruncido en confusión. Quería besarla pero se obligó a detenerse. Estaba cansado de ser su segunda opción, a quien solo buscaba cuando se sentía sola.

—¿Ya no me quieres? —preguntó ella.

—Ahora mismo, solo te quiero como amiga —le dijo.

—Gio —dijo ella suplicante—, él negó con la cabeza. Ella agarró su camisa y lo miró suplicante mordiéndose los labios.

—Te necesito, Gio —sollozó ella.

—Estoy harto de ser tu juguete, Rosa, puedo ser tu amigo, nada más —dijo él y se levantó.

—Por favor, no te vayas —susurró ella.

Él la miró. —Pronto renunciaré como conductor de Alessandro —le dijo.

—¿Por qué? —preguntó ella.

—La única razón por la que me he quedado todo este tiempo fue por ti, pero estoy cansado de esperarte. Me mudaré lejos de la ciudad de Nuevas Linternas.

—Gio, ¿cuánto tiempo te queda aquí? —preguntó ella en un susurro.

—Un mes, más o menos.

—Supongo que esta es entonces la despedida —dijo ella en voz baja.