Dejando la manada Blood Moon

—¿Por qué les dabas miedo? —preguntó Constanza con cautela.

—Me viste antes, ¿verdad? Cuando ataque a aquel hombre, mi lobo no es normal. Reni dijo que está hecho de humo, sombra y niebla —respondió él.

—Pensé que estaba alucinando, ¿así que realmente era tu lobo? —preguntó Constanza.

—Sí, ese es mi lobo. Antes de que llegara Reni, las otras brujas me llamaban monstruo y mi abuelo les creía.

Constanza terminó de cortarle el pelo y aplicó los productos capilares y cepilló su cabello, que ahora estaba libre de enredos.

—He terminado con tu cabello —le dijo ella.

Killian pasó una mano por su cabello.

—¡Guau! Se siente tan suave, gracias Connie —comentó él.

—De nada Killian, y quiero que sepas que no eres un monstruo en absoluto. Eres una persona maravillosa —le dijo ella.

—Gracias Connie —Killian dijo con una sonrisa tímida.

Constanza se sentó frente a él y tomó sus manos.

—Killian, quiero que seas honesto conmigo, ¿huiste de casa? —le preguntó.