Roca estaba abrumado de emoción, lágrimas recorriendo su rostro mientras luchaba por contener su alegría. Había rezado por este día, sin atreverse a esperarlo, y ahora la noticia le había llenado de un inmenso sentimiento de gratitud y felicidad.
—Oh, cielos —murmuró mientras William rápidamente agarraba su brazo para estabilizarlo. Rain se acercó, preocupación marcada en su rostro. —Padre, ¿está bien?
Aunque sus lágrimas fluían libremente, una amplia sonrisa se extendía a través de su rostro. Atrajo a Rain hacia él en un fuerte abrazo. —Oh, gracias... Felicidades. Lo siento, es solo que es tan abrumador que no puedo contenerlo.
Rain le dio palmaditas suavemente en la espalda, su voz suave pero burlona. —Prepárate para ser abuelo pronto, Padre. ¿Y quién sabe? ¡Tal vez veas a más bebés corriendo por debajo de tu techo!