Experimentando**

Sanya inclinó su cabeza hacia atrás, su suave jadeo lo animaba a continuar. Sus labios seguían el camino de su mano, rozando su clavícula antes de dirigirse hacia abajo.

Los dedos de Sanya se enredaron en su cabello mientras él adoraba cada pulgada de su piel con cuidado deliberado, sus movimientos llenos de una ternura que decía mucho de su amor. —Eres perfecta —murmuró él, su voz llena de reverencia mientras sus ojos se encontraban con los de ella.

Ella levantó la mano para acunar su rostro, su pulgar rozando su mejilla. —Te amo —dijo ella suavemente, sus palabras cargadas con todas las emociones que no podía expresar con acciones solas.

—Y yo te amo —respondió William, su voz espesa de emoción. Su toque era deliberado, cada movimiento diseñado para encender sus sentidos y hacer que su cuerpo temblara de anticipación. Sabía exactamente cómo volverla loca y se tomaba su tiempo, saboreando cada momento.