Fue una larga noche para todos, y Rain sabía que Sanya estaría al borde de la preocupación después del repentino giro de los acontecimientos. Entendiendo la ansiedad de su amiga, Rain decidió quedarse en la habitación de Sanya para hacerle compañía. Cuando se lo informó a Alejandro, él estuvo de acuerdo de inmediato, sabiendo que era lo correcto.
—No puedo dormir, Rain —susurró Sanya, con una voz baja y tensa.
Rain suspiró suavemente y se volvió para enfrentar a Sanya, quien miraba fijamente al techo. Ambas estaban acostadas en la cama, completamente despiertas, la tensión en el aire era palpable.
—Quiero llamar a William, pero no quiero distraerlo. Esta operación es crítica, y sé cuánto significa para él supervisar todo personalmente… especialmente porque involucra a ese hombre —continuó Sanya.