Rain se mordió el labio inferior, sus ojos fijos en David mientras él le entregaba el sobre al Sr. Arlan.
Las manos del Sr. Arlan temblaban mientras tomaba el sobre. Sus dedos temblaban mientras lo abría lentamente, el papel en el interior susurraba suavemente.
Rain contuvo la respiración, cada músculo de su cuerpo tenso mientras esperaba por el momento que podría cambiarlo todo.
El Sr. Arlan miró el resultado, sus ojos escaneaban las palabras una y otra vez como si no pudiera creer lo que estaba leyendo. Luego, lentamente, levantó la mirada hacia Rain. Su expresión se suavizó, una sonrisa tenue y casi incrédula se formó en sus labios. Pero a medida que el peso de la verdad se asentaba, sus ojos brillaban con lágrimas no derramadas, su garganta se tensaba por la emoción.
—Tú... Tú eres nuestra verdadera hija, Rain... —Su voz temblaba, apenas era un susurro.