—Eso es nuevo —Radia inclinó su cabeza cuando vio el largo bastón blanco en la mano de Zein. Miró a Bassena, y parecía que el esper tampoco lo había visto.
El bastón se sentía extraño y fuera de lugar; blanco y hermoso en este lugar oscuro y sombrío, sostenido en la mano de alguien que vestía un uniforme de combate todo negro y desprendía un aura feroz lista para la batalla. Aun así, era hermoso. Y en este lugar, algo hermoso era sinónimo de esperanza.
Naturalmente, se sintieron atraídos hacia él.
—¿Qué es... eso, Capitán? —Nadia miró el bastón con los ojos muy abiertos.
—Hmm... parece algo que usaba la Santa —Tian Yu se acarició la barbilla después de observar el bastón desde más cerca.
—Bueno, lo es.
La respuesta de Zein, comprensiblemente, provocó una dura reacción y una serie de '¡¿qué?!' de los espectadores. Bassena, especialmente, casi dejó caer su vaso.
—¿Cariño? —incluso olvidando su propia censura.
—No eres