Lo primero que Zein vio al abrir los ojos fue el techo de una tienda. El suave resplandor de la luz de maná neón le indicó que, de hecho, estaba vivo.
—¿Cómo? —no tenía ni idea. No recordaba nada más después de ver el rostro de Bassena, porque su visión estaba borrosa por las lágrimas y su corazón gritaba que no quería morir.
Bueno... al menos recordaba esa parte.
Mientras parpadeaba lentamente para acostumbrarse a la luz, Zein se dio cuenta de que no estaba en su tienda. El lugar se sentía nuevo y rígido; solo una cama, un armario y una silla al lado de la cama. Un poste de suero estaba conectado a su muñeca. ¿Una tienda médica? Parpadeó de nuevo y miró a su alrededor un poco más. Una tienda médica personal.
Lo que significaba que todavía estaba en la Zona Mortal.