378. Patada Trasera

Jael bajaba las escaleras que llevaban al piso principal. Caminaba con determinación, y parecía que tenía intención de dejar el castillo.

Llegó a las puertas principales, y los guardias se inclinaron ante él antes de abrir las puertas de par en par. Jael simplemente asintió y salió por la puerta.

—¿Adónde crees que vas? —preguntó Luis a Jael mientras salía por las puertas principales.

Jael no respondió y siguió caminando. Ya sabía que Luis estaba detrás de él. Bajó con cuidado las escaleras.

—Jael —llamó Luis de nuevo. Su voz sonaba demasiado cerca para ser cómodo.

—¿A dónde vas? No estás en condiciones de dejar el castillo.

—No veo cómo eso es asunto tuyo —respondió. Su mirada se levantó ligeramente al cielo.

Casi no había estrellas a la vista; se podían ver algunas, pero el cielo nublado las ocultaba. Incluso la luna no parecía tan brillante.