403. Mirada Azul

La taberna estaba casi vacía, excepto por una mesa que albergaba a unos tres caballeros. Mauve no estaba segura y no iba a mirar en esa dirección.

Tabernas como esta le ponían los nervios de punta y no había nada más inquietante que tipos con aspecto hostil sentados en un rincón como buscando problemas.

Involuntariamente se acercó más a Galath aunque no había razón para estar preocupada. No pudo evitarlo.

—Por aquí —dijo la mujer mayor. Su espalda estaba ligeramente encorvada y apoyaba una mano en la parte baja de su espalda.

Las condujo hacia el rincón que tenía unas escaleras saliendo de él. Las escaleras parecían sólidas y eran un poco curvas. Mauve se dio cuenta de que podía ver la puerta abierta en la parte superior de las escaleras pero no podía ver lo que la puerta contenía.

La anciana caminaba más rápido de lo que Mauve pensaba que podía, guiándola a ella y a Galath escaleras arriba. Mauve tuvo que acelerar el paso para mantenerse al ritmo de la anciana.