412. La Penitencia

—Volver contigo. ¿Qué significa eso? ¿Quién puede decir que no cambiarás de opinión de nuevo y me pedirás que me vaya? Si lo has hecho antes, no deberías tener problemas en hacerlo otra vez.

Jael miró hacia abajo a Mauve mientras ella lo miraba con grandes ojos marrones. Sus ojos se veían cansados y él podía decir que el resto de su cuerpo estaba prácticamente en el mismo estado.

Sus hombros se veían tensos y cuando él ejercía un poco de presión de cierta manera en sus brazos, ella hacía una mueca de dolor. Él dudaba que ella fuera consciente de ello.

El agotamiento físico no era lo único aparente. También estaba estresada mentalmente. No le gustaba el hecho de que él tuviera algo que ver con eso.

Había oído sus palabras claramente, entendía lo que ella le estaba preguntando. No había razón para que ella tuviera preocupaciones.

Los últimos meses habían sido nada menos que infernales, todo le había parecido insípido. Él nunca quiso volver a experimentar eso.