—Dos cosas. La primera es que no he cumplido con mi parte del trato y la otra tiene que ver con asuntos del castillo.
—Ella siguió diciéndole que no era un trato —dijo mientras tomaba asiento.
—Lo llamaré como quiera llamarlo —respondió Luis, sentándose frente a ella.
—Está bien, estoy escuchando —estaba más interesada en lo que él tenía que decir que en comenzar una discusión con él.
—Me enteré por Jael que te puso a cargo de decidir cómo iba a lucir el exterior del castillo. Ahora que la cerca está terminada, debería seguir el recinto. Para ser honesto, me horroricé del estado del castillo cuando llegué aquí.
—Eso definitivamente es el número dos. ¿No deberías empezar en el orden correcto? —ella preguntó con un ceño fruncido.
—¿No respondiste a mi pregunta? ¿Por qué debería responder a la tuya?
—Eh? No me hiciste una pregunta. Solo me dijiste lo que escuchaste.
—Pero no estuviste de acuerdo.