487. Marido molesto

Mauve levantó la vista hacia Luis mientras trataba de entender sus palabras.

—¿Tengo que explicar lo que acabo de decir? —preguntó él.

Ella asintió.

—Básicamente, ya estás lidiando con las payasadas de Jael. No tienes que preocuparte por nada más, ya tienes suficiente en tu plato. Haces que sea fácil lidiar con él. Si eso no es suficiente trabajo, entonces realmente te subestimas. No necesitas ayudar con las tareas o la supervisión o cualquier cosa de esas. Ya tenemos suficientes manos para eso. Si quieres algo que hacer porque estás aburrida o qué sé yo, puedes regar tus plantas o tejer o algo así —gruñó él.

—Estás siendo muy condescendiente.

—Estoy diciendo que nadie piensa que eres inútil. Eres la única que lo piensa.

—Oh —dijo ella—. ¿Era realmente el caso?

—¡Sí! Ahora déjame ir a hacer mi trabajo mientras tú sigues lidiando con tu molesto esposo.

Simultáneamente la puerta de la biblioteca se abrió y Jael entró.