489. No me humillo

—No quiero que pienses que tú eres la razón por la que las cosas se pusieron tensas entre mí y Lord Levaton. Eso fue completamente mi culpa. —Mauve asintió, preguntándose si el Señor y su hija también pensaban eso o si la odiaban. Era molesto hacer enemigos sin siquiera intentarlo.

—Pensé que quería casar a su hija. —Jael frunció el ceño, mirándola extrañado.

—¿De dónde sacaste esa idea?

—Lo supuse. ¿Acaso me equivoco?

—No te equivocas —dijo él—. Yo no quiero. Como he estado diciendo, no teníamos ese tipo de relación. Nunca podría hacerla mi compañera.

—Está bien —ella creyó sus palabras—. ¿Puedes arreglarlo? —preguntó.

—¿Arreglar qué?

—Tu relación con el Señor.

—No estoy obligado a hacerlo.

—Jael, acabas de admitir que fue tu culpa. El siguiente paso es arreglarlo.

—Solo lo dije porque tenías esta absurda idea de que tú tenías la culpa y quería convencerte de lo contrario.

—Entonces, lo arreglarás —ella sonrió.

—No hay nada que arreglar.