Mauve se aferró a Jael mientras él intentaba levantarse de la cama —susurró ella.
Estaba envuelta en la cobija de la cama, lo que la mantenía caliente mientras apoyaba su cabeza ardiente contra el pecho de Jael.
—Voy a buscar a Kieran —dijo Jael mientras intentaba soltarse de ella—. No estás enfriándote.
—Es tarde. No quiero que lo molestes —susurró ella—, solo necesito dormir. Estoy segura de que la fiebre bajará antes del amanecer.
Además, estaba segura de que no había mucho que Kieran pudiera hacer para ayudar. Necesitaría algunas hierbas si no se sentía mejor para la tarde.
Jael parecía indeciso y suspiró —No lo estarás molestando —insistió Jael—. Iré a buscarlo y eso es definitivo.
Mauve simplemente asintió y se giró lejos de Jael. Eso requirió demasiado esfuerzo ya que se estremeció por el dolor de cabeza.
Su cabeza sentía como si fuera a abrirse. Gimió. Estaría mintiendo si dijera que una gran parte de ella no estaba preocupada.