567. Traumatizado

Mauve sintió la garganta cerrarse cuando tomó la primera cucharada. Mastica lo más lentamente que pudo y con cuidado, asegurándose de no tragar de prisa.

Todavía no pudo evitar que su garganta se tensara cuando trató de tragar. Logró superarlo y aceptó la segunda cucharada de Jael.

Él la dejó tomar su tiempo para comer, cuidando de no apurarla. Ella comió la mitad antes de rendirse.

—No puedo —dijo cuando Jael insistió. Su estómago se sentía mal, se revolvía, haciendo un sonido extraño.

Jael frunció el ceño, echando un vistazo hacia la fuente del sonido. —Está bien —dijo y tomó él mismo la cuchara.

Terminó el resto de su comida mientras ella simplemente se sentaba mirándolo. No quitó sus ojos de él hasta que terminó de comer.

—No me mires así —dijo al terminar—. No puedo dejar que se desperdicie. Se rió.

—¿Me quejé? —preguntó ella con una risa suave.

—Pero no dejabas de mirar —alzó la ceja para acentuar su punto.