—Estoy escuchando —dijo Mauve, recuperándose rápidamente—. ¿Qué pasó?
No iba a dejar pasar ese tema. Por alguna razón, tenía que saberlo. Quizás solo estaba siendo codiciosa.
Jael desvió la mirada. —Puede que lo haya confrontado por decirte que tendría que conseguir un compañero.
—¿Lo hiciste? —preguntó Mauve. Parecía genuinamente sorprendida.
—Sí, no me gusta el hecho de que te haya dicho eso. No debería hacer suposiciones en mi nombre.
Mauve le sonrió, no podía ni estar enojada. —¿Eso es todo? —preguntó.
—Sí, pero no creo que lo haya dicho así.
Ella se rió, —Como era de esperar.
Mauve podía notar que su enfermedad estaba pasándole factura a Jael. Sus ojos parecían pesados y ella podía ver claramente la tristeza en ellos. Casi podía apostar a que no había estado durmiendo lo suficiente.