—Lo hicieron
—Definitivamente lo hicieron
—Absolutamente lo hicieron
—¡Realmente lo hicieron!
Esto fue lo que pensaron los hermanos Lin en el momento en que encontraron a Lin Jing y Su Wan. Con solo una mirada comprendieron fácilmente lo que Su Wan y Lin Jing habían hecho toda la noche, y cómo no, si Lin Jing sonreía como un tonto feliz como si hubiera ganado un premio de mil taeles dorados mientras que la cara de Su Wan estaba roja y cojeaba ligeramente mientras caminaba hacia ellos.
Lin Yan miró a su hermano y a Su Wan quienes venían en su dirección después de limpiarse en la cueva y sintió un tic en sus labios. Cuando escuchó que su hermano y esposa se cayeron del acantilado, pensó en millones de posibilidades, pero ninguna de sus expectativas coincidía con la realidad que estaba viendo.