Lu Sheng sonrió cuando vio a Su Wan y a los dos hermanos Lin, hacía tiempo que había oído hablar de que Lin Rui se había convertido en el erudito superior. Sonrió y luego saltó de su carreta antes de darle una palmada en el hombro a Lin Rui.
—¡Mira eso, no puedo creer que el máximo anotador haya bendecido mi carreta al venir a mí!
La cara entera de Lin Rui se puso roja, pero cualquiera con ojos podía ver que su expresión estaba llena de felicidad. Sin embargo, todavía tomó la ruta cortés y sacudió la cabeza.
—¿Qué pasa con este discurso formal, hermano Sheng? Todavía somos hermanos, ¿no? Así que no necesitas burlarte de mí de esta manera, me está avergonzando.
—¡Ja ja! Todavía eres el mismo, tan tímido como siempre —dijo Lu Sheng golpeando con su codo las costillas de Lin Rui de manera astuta mientras susurraba—. Mejor cámbiate para bien o ¿cómo podré cargar a mi sobrino o sobrina en el futuro?