—¿Lo oíste? Lin Yan, quien había bebido una buena cantidad de tragos mezclados, se quedó dormido. Su Wan permaneció a su lado hasta que su respiración se estabilizó, y solo entonces se alejó de él. Sin embargo, tan pronto como salió de la habitación, decidió dirigirse a la persona que estaba parada todo el tiempo junto a la habitación de Lin Yan.
Lin Yu salió cojeando de su escondite, su expresión cuidadosamente neutra como si intentara ocultar cualquier pensamiento que pasara por su cabeza. Su Wan no se sorprendió. Ella había sentido su presencia cuando salió de la habitación para prepararle una bebida a Lin Yan. Simplemente eligió ignorarlo ya que no tenía nada que esconder.
Su Wan lo miró y esperó a que él dijera algo o la acusara de ser una mentirosa o un fraude. Sin embargo, incluso después de esperar unos buenos diez minutos, Lin Yu no parecía dispuesto a decir nada al respecto.