Tema realmente muy oscuro —sáltatelo si te sentiste incómodo en el último capítulo; olvidé añadir una advertencia—.
Lin Yan giró la cabeza en la dirección de la cosa que golpeó la ventana. Su corazón latía salvajemente mientras dejaba caer el cuenco en sus manos de nuevo en la tina de agua. Lin Yan sabía que no debería acercarse a la cosa, pero su maldito orgullo no le permitía ignorarla. No quería que nadie más la viera, y si esta cosa provenía de la persona que pensaba que provenía, entonces no quería que lo hicieran parecer un cobarde. No quería mostrar su miedo, no quería que Luo Xin supiera que ella todavía lo aterrorizaba.
Si hacía eso, solo le daría más poder sobre él.