Su Wan estaba tan sorprendida al escuchar las palabras de Lin Yan que no sabía qué decirle, simplemente lo miraba sintiendo una sensación bastante extraña subir por su garganta.
Lin Yan esperaba que las cosas empeoraran, sabía que a Su Wan no le gustaba ser madre y probablemente estaría de acuerdo con lo que le había dicho, pero cuando esperó mucho tiempo y no recibió una respuesta adecuada de ella, levantó la vista y, para su sorpresa, Su Wan no estaba ni enfadada ni alegre ni relajada… ¡en realidad estaba —llorando!
Él estaba tan atónito por el repiqueteo de sus lágrimas que su boca se dejó caer y la miró fijamente durante dos segundos con la boca completamente abierta antes de comenzar a entrar en pánico. —Wan... Wan..? ¿Por qué estás llorando? ¿Qué pasó, te duele algo? ¿Debería llamar al doctor Gu?