{Varias horas más tarde}
Neve se miró en el espejo.
A sus propios ojos, parecía una persona completamente diferente.
—¿Estás segura de que esto no es demasiado? —preguntó Neve, mientras Erin sin blusa rodeaba con sus brazos a Neve desde atrás.
—Si ella no aprecia la vista de verte así, entonces siéntete libre de echarla y déjame tenerte toda para mí.
La mujer a la que Neve miraba en el espejo llevaba un vestido azul largo de mangas pero corto, que hacía juego con el zafiro de los ojos y el cabello de Neve, el cual había sido atado en una cola de caballo alta. Llevaba un collar y una pulsera de plata que Erin había sugerido para complementar los colores suaves de Neve, y unos tacones azul oscuro que eran ligeramente incómodos para caminar, pero no tanto como Neve había esperado.
Ahora entendía por qué Charlotte había hecho una pausa cuando se había acercado a Neve antes de que la mujer diera su discurso.